Final "100 años de soledad"

Antes de llegar al verso final, ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres, en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de decifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque los estirpes condenados a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.





Ya sé que hoy tocaría una nueva parte de la novela (no te sulfures Dani) pero es que necesitaba poner esta parte de la novela de Gabriel García Marquez, una obra maestra donde las haya. La leí hace cosa de 4 años en un verano sin internet, en una noche del tirón (hasta las 6 de la mañana estuve, hasta vi amanecer).

Se la recomiendo a cualquiera a quien le guste ver cómo una estirpe decae poco a poco hasta quedarse reducida a nada. Cómo lo que creamos y somos es nada una vez olvidado por el resto del mundo. Y de cómo es posible que en un libro quepa tantísima calidad, solamente superada (para mi gusto) por el maestro Tolkien o Andrzej Sapkowski (telita con el nombre) autores del universo de El Señor de los Anillos y El Brujo (The Witcher) respectivamente.

Sin más me despido, que tengo que leerme Hamlet para mañana y no lo recuerdo mucho. Un saludo y prometo subir las otras partes de la novela en cuanto tenga tiempo e imaginación. Por cierto he de alterar un poco la historia del último capítulo, no me convence demasiado, y cambiar el Prólogo por uno que me paso Dani, que me ha gustado más que el mío.

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